viernes, 30 de diciembre de 2011

Lo que sale de mis manos...

manos que imaginan - imaginación de mis manos


manos que imaginan - salen mis manos de un abismo espiral





viernes, 25 de noviembre de 2011

La crisis económica contada a los niños, 2ª parte

Manifestación de la marea verde el 17 noviembre en Madrid
 
Ahora resulta que yo tengo la culpa de esta crisis económica y de que muchísima gente esté en el paro por...
- Querer cobrar todos los meses del año y que no me manden a la calle en verano.
- Exigir una mínima calidad en la educación y no querer que estén hacinados muchísimos en clase, con una ratio alumno/profesor exagerada, y así poder llevar a mis hijos a una escuela pública de calidad para que nuestro dinero no sea un condicionante y tengan las mismas oportunidades que los hijos de gente con mucha pasta.
- Pedir que se respeten unas condiciones de trabajo dignas para todos, y que no se estén empeorando las condiciones laborales poco a poco en nombre de una futura recuperación económica.
- Exigir que se rompa esta cadena; que el futuro crecimiento economico se base en una economía realmente productiva (y yo añadiría, economía creativa) y no en la especulación, inmobiliaria o de la que sea, es decir, en el dinero fácil y rápido. ¿Nos hemos olvidado ya de que hace años, cuando empezó la crisis, nuestros gobernantes exigían parar los desmanes especulativos, y querían además elaborar leyes para regular el mercado finaciero y evitar estas crisis? Yo sí me acuerdo de cuando hablaban de "refundar el capitalismo" gente nada izquierdista, sino políticos europeos de corte conservador.
Unos nos quieren hacer creer que el Estado tiene la culpa, porque es demasiado grande, está muy endeudado y por eso nos hace gastar mucho dinero al tener que pagar entre todos los intereses de la deuda. Yo sólo sé una cosa: cuando todo iba bien, algunos que ganaban mucho dinero decían "Estado, no. No tiene que controlar, no tiene que regular, porque todo marcha perfectamente cuando no está". Esos mismo, en época de vacas flacas, fueron a llorarle a papá Estado para que les ayudara un poquito dándoles algo de dinerito, que pagamos entre todos nosotros.
Frente al pensamiento único mercantilista - el que sostiene que la búsqueda de la máxima rentabilidad económica debe guiar toda actividad o producción, incluída algunas tan peculiares como la educación o la asistencia sanitaria - abogo por una economía creativa. Esta economía creativa está guiada por criterios humanos, basándose en el principio de que toda actividad o producción debe buscar el desarrollo de las personas, busque o no el beneficio económico, incentivando sus facultades artísticas, racionales, emocionales, interpersonales, científicas, etc. - en definitiva: incentivando aquello que nos hace más humanos y mejores personas.
¿Acaso no es la educación el proceso racional por el cual un ser humano -educador- contribuye con su acción a la mejora de otro ser humano -educando-?. Justo ahora que tenemos la oportunidad de incentivar otro tipo de economía, otro tipo de sistema, otro tipo de sociedad, recortamos en aquello que nos puede ayudar a conseguirlo: la educación.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Antes de construir realidades hay que edificar sueños

Invención by Manos Que Imaginan

Esto que estás escuchando  más arriba - invención para guitarra - no es sino la música  que una vez soñé, y que luego unas manos quisieron traer a esta realidad. No somos nada sin nuestros sueños, aunque son las manos las que hacen que estos sueños se transformen en realidades. Sería mejor decir que no somos nada sin nuestras manos, porque son ellas las que hablan con nuestros sueños, y los hacen vivir...
Todo empezó con una idea que revoloteaba por mi cabeza; después pasó a un papel hasta que por último una manos, acariciando una guitarra, se animaron a lanzar esta música para quien quiera escucharla.
manos acariciando una guitarra y expulsando la música que imaginé una vez






















Sólo tenemos esta vida para soñar, y sólo disponemos de nuestras manos para transformar la realidad y aproximarla a nuestros sueños.

Y si te apetece seguir escuchando...
soundcloud.com/manosqueimaginan 
www.myspace.com/logord
www.hispasonic.com/manosqueimaginan

domingo, 23 de octubre de 2011

la crisis económica contada a los niños

No éramos unos pocos, y la calle fue testigo...  Manifestación multitudinaria en Madrid contra los recortes en la educación pública, el 22 octubre de 2011

Erase una vez un país en el que sus habitantes podían ser felices. Y digo "podían", algunos llegaban a serlo, otros no, pero al menos tenían la opción de crecer como personas gracias a que sus derechos humanos estaban garantizados. Así, aunque algunos ganaran poco dinero, sabían que si se ponían enfermos podrían visitar a un médico, por muy caro que fuera su tratamiento,  y que si sus hijos se lo curraban podrían llegar a ser lo que quisieran porque todos los niños y niñas de aquel país tenían garantizada una buena educación, gracias a una red de colegios públicos que procuraban una buena enseñanza gratuita a todos, fueran hijos de los señores más poderosos o de los campesinos más humildes.
No hacían magia para conseguir estos milagros en forma de derechos universales garantizados por ley. Simplemente, todos contribuían dando un poquito de lo que tenían en forma de impuestos. Después, unos señores que ellos habían elegido libremente gracias a un sistema democrático, administraban esos bienes para que todos pudieran recibir esos servicios, los  cuales constituían, al fin y al cabo, derechos de todas las personas. A esto lo llamaron Estado del Bienestar.
Un día, algunos de estos habitantes dijeron que habían visto un ser terrible en las fronteras del país esperando para atacar en cualquier momento. Este monstruo tan horroroso, llamado Mercado, les había dicho que debían darle a él todo el dinero de sus tributos, y que si no se lo daban invadiría el país dejándolo sumido en horror y sangre. "Pero, si le damos el dinero de los tributos a ese monstruo, ¿quién nos sanará cuando estemos enfermos?, ¿quién educará a nuestros hijos?, ¿cómo podremos ser felices si vivimos sometidos a un monstruo que sólo quiere devorar lo que tenemos?". Mucho discutieron los habitantes de aquel país, pues los que querían pactar con el monstruo para que no les atacaran metían mucho miedo a los demás sobre lo terrible que era este, mientras los que no querían vivir sometidos instaban a los demás habitantes a prepararse para defenderse.
De repente, alguien preguntó a los que pedían que se sometieran al mercado: "¿cómo es ese monstruo?; si lo habéis visto, nos podréis contar cómo es, si es alto o bajito, si tienes escamas como los dragones, o melena de león, si ruge para espantarnos, o sólo nos mira con ojos desafiantes. ¡Decidnos cómo es ese monstruo!". "¡Sí!", respondieron todos los habitantes de aquel país lejano, "¡decidnos cómo es!".
Pero esos habitantes que sostenían haber visto al monstruo quedaron mudos. No pudieron, o no quisieron contestar. Porque aquel monstruo llamado mercado es una abstracción, algo que no se puede ver, ni oír, ni tocar, ni percibir con ningún sentido. A lo mejor ni siquiera existía... Aún así, el miedo se había metido ya dentro de todos los habitantes, y podían notar la presencia de aquel monstruo en forma de escalofrío que les recorría el cuerpo. No sabían si estaba ahí, esperando, o era sólo una invención de su mente.
El miedo es un sentimiento muy peligroso; te puede transformar y hacerte renunciar a lo que eres. Eso les pasó a los habitantes de aquel país. Ya no volvieron a ser lo que eran, ni a luchar por sus sueños, ni siquiera a aspirar a la felicidad. Simplemente, asumieron que eso que antes tenían ya no lo volverían a tener, porque debían dárselo todo a un monstruo imaginario que sólo estaba en el interior de sus cabezas, ¿quién sabe si en realidad existe o no?.
Mientras tanto, unos cuantos habitantes empezaron a dudar, a preguntarse por la verdad, y más tarde a resistir. Luchaban por seguir siendo lo que eran, y por conseguir que los demás no se dejaran arrastrar. Les decían que si creían que ya no merecían ciertos derechos, que si renunciaban a un Estado del Bienestar sostenido por un régimen democrático que les garantizara a todos por igual una educación y una sanidad pública y gratuita, no habría vuelta atrás, y no tendrían las condiciones que les permitieran a ellos y a sus hijos crecer como personas.
Y así seguimos en este país, luchando por no renunciar a lo que tuvimos y a lo que fuimos...


Concentración por la educación pública, Madrid 20 octubre 2011

¿Quién dijo miedo? Manifestación multitudinaria en Madrid el 22 octubre 2011 para eliminar los recortes en la educación pública y el traspaso de fondos a la privada y a la privada-concertada.
...porque hay derechos que deben ser garantizados por ley, y el Estado está para garantizar el cumplimiento de esos derechos, no para recortarlos o cedérselos a otros para que hagan negocio con ello. La educación pública y gratuita es la única que garantiza una enseñanza de calidad para todos, independientemente del dinero que tengan sus padres o del lugar donde vivan. No hay que ofrecer una educación de excelencia para unos pocos, lo merezcan o no, sino una educación excelente para todos, listos o menos listos, ricos o pobre, blancos o negros, gordos o flacos. Por eso, hay que promover no la excelencia en unos pocos colegios, sino que todos los colegios sean excelentes o, mejor dicho, ofrezcan una educación de calidad. Eso sólo se consigue con una educación pública de calidad y, por supuesto, el Estado debe ser garante de esa educación, supervisando los colegios, financiándolos con el dinero de todos -para compensar las desigualdades con las que nacemos, y que no ocurra otra vez que un hijo de pobre no pueda estudiar porque sus padres no tengan dinero para pagarlo-.
No hay que ser de de derechas o de izquierdas para entender esto, porque no es una cuestión de ideología sino de derechos fundamentales; tampoco la educación y sanidad públicas son lujos que disfrutamos una vez y a los que ahora debemos renunciar por la crisis económica, ya que se financian gracias al dinero de nuestros impuestos.
Erase una vez un país no muy lejano, donde ahora vivo, en el que unos gobernantes decían que la educación debía dejar de ser un derecho de todos para convertirse en un negocio o en un instrumento de control ideológico en manos de unos pocos. Y esto sí que no es un cuento...

domingo, 24 de julio de 2011

Cuando era una marioneta

         Una noche soñé que era un ángel; al despertar, descubrí que no era más que una marioneta. "Está bien,"pensé "aunque no pueda volar hasta el cielo, aunque no pueda llegar a la estrellas, al menos quien tira de los hilos son unas hadas que buscan mi felicidad". A la noche siguiente soñé que era marioneta, pero no eran unas hadas benignas las que me manejaban, sino unos horribles monstruos. Desesperada, intenté cortar los hilos y así liberarme. Cuando lo logré desperté de mi sueño, y a los pies de la cama vi a las hadas contemplándome con rostro sombrío, sujetando los restos de los hilos con los que antes manejaban mi cuerpo. "¿Por qué te soltaste?, ¿Por qué quisiste liberarte de nosotras?, ¿tanto ansiabas la libertad?. Te habríamos conducido a la felicidad si hubieras seguido atada a estos hilos que nosotras manejamos."
        Todavía no sé si llorar o reír de alegría...

miércoles, 13 de julio de 2011

Estamos hechos de la misma materia que los sueños.

www.myspace.com/logord


Estamos hechos de la misma materia que los sueños.












Tratamos de echar a volar persiguiéndolos...




...pero nos hundimos en nuestras raíces.



















Sólo algunos persistimos en nuestro empeño...










...porque, aunque no tengamos alas, sí tenemos fuerza para lograr asomarnos a la superficie...





... Sabemos que no es más terrible el abismo que asoma sobre nuestras cabezas, sino el que se hunde bajo  nuestros pies.